Junio 22

Todo sabe a lo que tiene que saber, esta es una mañana lluviosa, con un amanecer un tanto torpe, el café, el desayuno, los barazos, las miradas, todo cabe en un mañana lluviosa, y como no, si siempre hay tiempo para el amor…

Llevo días pensando en una entrada, tengo textos inconclusos que como siempre se niegan a morir, me arden en las manos, en la cabeza, en la piel, son la clase de textos de los días confusos, de los días tristes, son los textos del adiós, del te extrañaré, son las frases para motivarme y convencerme de que las cosas suceden por algo, sí, son textos de ese tipo, pero hoy no, hoy no es el día de reflexionar, hoy es el día de estar, solo estar, de ver llover, de beber una buena taza de cafe, de escribir sin sentido y con sentimiento, de ver el agua fluir, de abrazar a quien este a tu lado, de celebrar a los nuevos amigos, de dar gracias por conocer nuevas personas que encajan a la perfección con quien eres, hoy no es un día para sacar conclusiones, hoy solo vine a platicar…

Caos

Amarte sería todo un caos, como decimos por aquí  ¡sería un pedote! Y yo ya no estoy para esos trotes, y no es que no valgas la pena, pero me da flojera pelear, siempre he pensado que el que está, es porque quiere, ya sea porque le conviene, porque no tiene a dónde irse, porque no sabe cómo irse, porque se conforma con lo que hay o en el mejor de los casos está el que se queda porque aprendió que amar no es irse solo porque sí, amar implica más cosas, es todo muy complejo, ¿vez?, no puedo solo amarte, !implica muchas cosas¡, tiempo, esfuerzo, dejar de ser para mí para ser de ti (sí, así, a la antigua, siempre me ha gustado el amor a la antigua) y no sé si quiero eso el día de hoy.

Me gusta que estés ahí, cerca, lejos, con regalos y canciones, con salidas y amores, puedo con eso, puedo con unas horas por la tarde o de mañana, puedo con tu tiempo libre, sea mucho o sea poco, puedo con los pasteles sorpresa y las flores marchitas, ahora puedo con eso, no sé si me arrepentiré en unos meses o en unos años, no suelo arrepentirme, lo bailado no se quita ni aunque te laves con jabón o te hinques pidiendo perdón, pero esto es lo que puedo darte, amor, pasión, lujuría, protección, brujería, escudo y espada en la batalla, lealtad (que es lo más puro que conozco), el tiempo que puedo, no sé si sea el indicado o el que tu necesitas, pero es el que puedo y con eso te debe bastar

Es  mucho pedo amar a alguien como yo, porque si fallas te olvidas de mí y no soy facil de olvidar, soy reconstrucción y caos, soy ese huracán que destruirá tu vida una vez que haya salido de ella, y no es intencional, pero le pasa a  gente mierda que sale de mi vida, todo es caos, en fin, todo depende de como te hayas portado conmigo y no es amenaza, es una larga explicación, de porque es un pedote amarme, es más, no deberías hacerlo, corre, huye ahora que puedes, o por lo menos hazlo ahora que te abro la puerta, vete lo más lejos que puedas ahorrarnos el caos, el llanto, los mezcales y la música de despecho, se conciente por los dos, te garantizo que uno de los va a perder y no seré yo, yo no pierdo, yo aprendo, pero eso es algo que pocos entienden, vamos, seamos amigos de esos que no se besan, se para mi y yo para ti, pero desde las gradas, sin tocar el palco de honor, sin estar en el escenario, seamos sin ser, estemos sin estar, se hombro y no beso, se abrazo y no sexo, solo seamos.

Vanessa Romero

De historias que aún falta contar.

Soy firme creyente que cada cabeza es un mundo, pero a veces la vida se vuelve un chiste (uno muy pintoresco) y te tocará conocer personas tan peculiares, que se inventarán mejores (o por lo menos mas dramáticas) historias que cualquier cosa que puedas leer en este blog.

Son muchas historias y todas merecen por lo menos ser contadas más no vividas, eso si (ya saben lo que opino de estar por estar y de conformarse), pero una a una se las mostraré, tengan paciencia, cualquier parecido con la realidad es, bueno, es así.

Por lo pronto les platico que detuve mis letras porque el tiempo estaba a mil y pareciera que el carrusel no paraba, el caos del mundo, la necesidad de mis manos en otros temas me hicieron pausar, nada nuevo, siempre me pasa, el día a día gana y mi diario debe esperar, pero tanto por contar es imposible guardar.
Les platico queridos lectores que he conocido gente maravillosa, muy valiosa y hermosa, personas y personajes que me han cambiado la vida, poco a poco iré contando quienes son y de que forma entraron en mi vida a llenarla de luz y amor, pero por lo pronto puedo decir que soy muy bendecida por las personas que han llegado y que se han instalado mostrandome mundos que yo desconocia (la ventaja de ser un ser de luz) personas que debía conocer para crecer, recuerden que es ley universal que la luz atrae luz y que la oscuridad se rodea de oscuridad y es obvio que sabemos de que forma se vive en la sombra. Sí, lo sé, pareciera que digo mucho y no lo hago, me pasa siempre, tengo tanto que contar que no sé por donde empezar, pero trataré, no ahora porque el tiempo es corto y el mundo no espera.

Gracias por seguir, por esperar, por el afecto, bienvenidos a los nuevos (por poner un término) gracias por aportar a todo esto que soy ahora, toda esta calma y toda esta paz (dentro de lo que puedo llegar a ser), gracias por tanto. Desde mi corazón y con mis letras gracias 🖤

Vanessa Romero ✨

Una vez más o quizá dos…

Escribir no siempre es contar historias o cuentos ficticios, a veces tampoco se trata de imaginación (por más que así lo quieran hacer ver) a veces es el alma del escritor al desnudo, es la historia que se lleva en la piel, en el alma o en el corazón.
Es ese sueño lucido, esa mañana de café, esa tarde entre sus brazos o esa noche que nunca existió…
Escribir es ser y deshacer, construir con palabras el mundo y hacer llamados en la lejanía.
Es gritar un «te amo» en un verso que dice «no quiero verte más», es dejar de escribir para no levantar polvo o volver a hacerlo para atraer una tormenta.
Jamás se sabe quién está del otro lado (o sí), lo que piensa o desea, lo que entiende o peor aún, lo que no alcanza a comprender.
Cada cabeza es un mundo, algunos son el paraíso en las manos, algunos otros están repletos de demonios, unos más aparentan calma y paz y son los que tienen las peores plagas en su interior.
Pero, ¿quién soy yo para juzgar? a mi jamás me ha gustado escupir las verdades y callar las voces que escupen al cielo y terminan por embarrarse en su propio veneno, la luz no se ocupa por esquinas maltrechas y sin corazón.

Que se angustie por las vidas ajenas quien se deba angustiar, a mí lo que más me gusta es escribir, y ahora tengo las ganas, el amor y la necesidad de gritarle al mundo mis letras.

Vanessa Romero ✨

Jamás Olvides.

Hoy encontré una nota con un nombre que no recordaba, lo pronuncie fuerte para sacudir los recuerdos y nada, no había nada, pero de quién es ese nombre y porque esta escrito en mis recuerdos, no suelo guardar cosas inútiles o sin sentido, procuro atesorar nombres, lugares, momentos felices y grandes lecciones, pero, ¡ese nombre! ¿Qué significa ese nombre? ¿De quién es, ¿a qué sabe, qué le gusta, cuál es su tono de voz?, ¿de dónde viene y a dónde va, porque no está?


Fueron muchas preguntas y no había respuestas, pause mi vida unos minutos para tratar de recordar y no había nada, solo un nombre que me sonaba ajeno, distante, un nombre que al pronunciar me dejaba mal sabor de boca, ¿quién eres? le pregunté Y que haces aquí, eres algún amor que deje en el olvido o eres un amigo que tomo otro rumbo sin que me diera cuenta, eres un momento feliz o una lección de esas que no debo olvidar… Y no, todo está en blanco, por un momento pensé que era un dolor, de esos que te dan tan fuerte que ni 500 noches de tequila te borran, de esos que al escuchar alguna canción te hacen vibrar el corazón o que al recordar te dan un escalofrío que recorre todo el cuerpo, pero no, no encajaba en ninguno.
Lo pense, lo analice, ¿será que me doliste tanto que me anestesie de ti?

Y aquella luna azul tocó mi ventana, aquel dolor, aquella lección, esa vida que no fue se asomo en una brisa de enero, y no, no pudo ser más que aquella luna, pero si no eres esa clase de amor, ni fuiste lección, ni eres un momento feliz, ¿quién eres y qué haces aquí? ¿Cómo es que has sobrevivido siendo nada?

No te tengo afecto, ni me dueles, entonces ¿qué eres? ¿Cómo has pasado los días de limpieza, cómo has sobrevivido a cuando desempolvo los recuerdos?, te lamí y no sabes a tequila, no sabes a nuevo y no hueles a añejo, no eres ni de hace un año ni de hace un mes, no me sabes a amor y al tacto solo siento el olvido.


Llevo lo que he tardado en escribir en tratar de recordarte, 8 minutos para ser exactos y no logro saber cómo eres, ni tu forma, ni tu edad, ¿cómo hablaras, a qué oleras, te gustará el café? Le pondrás limón a todo, ¿te gustará la lluvia? ¿Te gusta dar paseos, admiras el mar, la luna? ¿Qué música te gusta? ¿Tenemos una canción? ¿Dónde nos conocimos? ¿Nos conocimos?.


¿Eres el nombre de una fiesta?, de un antro o de una borrachera en casa ajena? ¿eres navidad o acaso primavera? ¿Te di algo en San Valentín? ¿Llegue puntual en tu cumpleaños?

Tengo preguntas y poco tiempo, está entrada de blog está por terminar y no logro saber quién eres, tu tiempo aquí está por agotarse, y si no logro saber quién eres a quien le pertenece este nombre, te olvidaré para siempre.


No sé cuál fue tu final en mi vida, pero este es un buen entierro, no sé quién eres, pero deseo que seas feliz en libertad, que la paz sea tu acompañante de todos los días y que en las noches te sientas tan amado como te lo merezcas.

No sé si tenemos remedio o una nueva vuelta, solo recuerda que para siempre, pueden ser 5minuos o toda una vida, jamás olvides que para siempre es mientras dure.

Ivra.

Diario de una bruja

Recuerdo cómo fue esa mañana, es raro, suelo recordar pocas cosas, selectivas, importantes, cosas que no tienen que ver conmigo principalmente, pero por alguna razón que ahora sé, estaba justo esa mañana escuchando a esa persona a una hora que bien podría estar durmiendo…

Algunas veces paso por mi cabeza escribir sobre mi mundo, sobre lo que sé, lo que ignoro, lo que está en mi cabeza, en mis manos, pero hasta hoy no lo había llevado a la realidad, siempre he hablado desde el corazón, pero nunca desde mi cabeza, desde ese mundo mágico lleno de mundos, de olores, de formas, de luces, de conocimiento, de vidas, de personajes, de energía.

Jamás me ha dabo miedo ser «la rara», porque tengo claro que jamás he sido común, no sé que es ser ordinaria, así que ese no era el tema, tal vez, es algo muy intimo, sí, más íntimo que escribir de amor, más personal que escribir de mis amores o de mis momentos, esta parte es algo más mío que yo misma, es mi vida y sin temor a equivocarme es mi seguridad, es mi piso, mis pulmones, mi equilibrio, mi cerebro y mi latir.

Bueno, ya fue mucha información, vamos a lo interesante, me recuerdo siendo una niña de 7 años, que amaba jugar en los columpios del jardín trasero de la casa de mis abuelitos, siempre fui una niña solitaria, así que para nadie era raro que yo no invitara a nadie a jugar, no era raro que saliera por las tardes a jugar en ese lugar alejado de la mirada de los adultos, o por lo menos eso pensaba yo, ahora sé que jamás dejaron de observarme y como iban a hacerlo, si sabían de mi «extraño» comportamiento, para los demás podría parecer que yo jugaba sola, porque jamás invite a nadie, pero yo jamás estuve sola, toda mi infancia fui acompañada por él, un niño que siempre estuvo ahí, observándome, platicando conmigo y siendo mi amigo.

Es justo que aclare que yo no sabía de amigos imaginarios, la realidad es que aún no lo sé, porque ese amigo era todo, menos imaginario, me gustaría recordar con plena exactitud y conciencia las charlas de todas esas horas que jugamos juntos, pero apenas si puedo recordar su traje azul, sus hermosos pantalones cortos, sus calcetas blancas que llegaban a la pantorrilla, sus bonitas botitas cafés, sus mangas con eso olanes blancos que se parecían a las carpetas que mi abuelita ponía sobre los muebles, su carita blanca, tan blanca como las nubes de primavera, tengo todo esto en mi memoria, pero nada más.

Cuando le pregunto a mi madre, si recuerda algo de esos días, ella solo me recuerda en el patio, hablando con la nada por largas horas mientras el columpio se movía…

Pasaron los años y la vida avanzo como es lo normal, la mayoría de nosotros olvidamos eso que nos compone, esa energía de vida, esa magia nata, esas vidas por las que atravesamos, ese conocimiento que viene en esa caja mágica llamada cerebro, del cual no tenemos ni puñetera idea de que lo compone, no sabemos ni la mitad de sus capacidades, no sabemos de esa chispa que lo hace vivir, de esa caja negra del ser humano.

Esa «caja» de la que apenas si se sabe, contiene la información de lo que algunos llaman vidas pasadas, la tan famosa reencarnación, esa parte de nosotros llamada alma, espíritu, ser o el nombre que le quieras dar, porque si me preguntas a mi, cuál es el nombre correcto, te diría que no lo sé, es algo que a mis ojos de bruja no tiene una forma definida, no es constante, todo el tiempo está en cambio, es parte de la evolución de todo ser vivo, es de dónde vienes y a dónde vas, es esa línea de la cual les hablo a mis pacientes, ese largo camino para llegar al todo, esa evolución suprema de conocimiento, de experiencias que vas acumulando para poder «graduarte» y convertirte en un guía en el proceso de evolución de los seres vivos.

En mi relato podrán ver que uso nombres comunes, que la gente suele usar, para explicarles mejor mi punto, pero para mí gusto, todas estas palabras se quedan cortas, que nombre «divino» le pones a la continuidad, a la vida, a la evolución, al conociendo eterno, ¿cómo englobas todo esto en una sola palabra? Yo pienso que no hay termino que logré hacerle justicia, en mi cabeza más que palabras son luces, son sonidos, miles de millones de voces entonando una frase, así describo yo ese energía fundamental que nos da vida.

Querido lector una de la razones por las que no escribía de este tema es por la pasión que me genera, por toda esa energía que se acumula en mis manos que llega a ser dolorosa, porque ese pensamiento corre más rápido que el mío, y de pronto tengo veinte ideas queriendo salir, y quién controla el cuerpo físico, quién acomoda estos pensamientos para traducirlos no tiene la misma velocidad, quisiera llenar y llenar «hojas» y contar infinidad de momentos de situaciones pero la velocidad no me da, pero la memoria sí, así que este diario apenas comienza.