Los primeros días de abril

La soledad y el silencio llegarón a mi habitación, quieren recostarse sobre mi cama, ya antes, hace algunos años habían venido, llegarón a cenar y les invite a vivir conmigo, el silencio se marcho y la soledad me acompaño por muchos meses (quizas años), ahora, después de tanto tiempo de no saber de ellas comenzaba a tenerles miedo, ¿cómo no tenerlo?, te encargaste de llenar cada espacio de mi habitación, el eco de tu voz ocupaba cada rincón, no había forma de que entrarán, no había espacio, pero al escuchar el portazo que dejo tu silueta, no dudaron en acercarse a la ventana.

blog 5.4.19Mi corazón se acelero tanto, fue como ver a un fantasma, corri a la cama y me arrope con mis sabanas, rezaba para que volvieras, para que las ahuyentaras desde afuera, quería que te vieran, que supieran que apesar de no estar adentro, sigues estando, te grite, te llame, te lloré; le suplique a tu voz por tu regreso, pero una vez mas el silencio se acerco a la puerta, me susurro algo que no entendí así que le deje entrar, se arrojo a mis pies y me miro con esa mirada que solo puede tener el abandono o el olvido, justo ahí supe que era real, que no estabas y que una vez mas el silencio me acompañaría, nos miramos fijamente toda la noche, ninguno tuvo que hablar, su presencia era clara, yo sabía, siempre lo supe.

Aun así, la fe que nos tengo me impedía sentir cuando la soledad me acariciaba el pelo, pase muchas noches en vigilia y en todas ellas el silencio estuvo ahí al pie de mi cama, me vio dormir, me ha visto despertar, se ha comparecido de mi cuando la desesperación me toca el alma, que tanto sabrá de mi dolor que un día entre el miercoles y el viernes me canto una canción.

Los días caminaron lejos de ti, sin mucho sentido, demasiado lentos, y ella tan cercana, tan presente, seguía mis pasos, me venía a llorar a mi puerta, me grito un par de veces que me rindiera, que había llegado por mí, que solo debía invitarle un café, pero sé, bien lo sé, que ella no es pasajera de este tren, es una habitante constante de mis horas, de mis días sin ti.

Hoy es luna nueva y la soledad se refleja en la luna, te extraño demasiado, tu calor, tu sabor, tu saber, tu querer, tus horas conmigo, tu letras para mi, todo ello me hace falta y aunque no puedo deterner mi vida, debes saber que los días me pesan, que me duele respirar, que me falta tu hola, y me sobra tu adios…

ivra

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